Durante el pasado Febrero se pudo disfrutar en el Teatro Real de Madrid de la ópera Andrea Chenier. Obra cumbre del compositor Umberto Giordano, esta basada en la vida del poeta André Chenier, poeta francés en la convulsa epoca de la
Revolución Francesa. Con una magnifica puesta en escena a cargo de Giancarlo del Monaco y Carlo Centolavigna, contaba con dos de los mejores tenores del momento para el papel titular. Un papel muy exigente, ya que requiere de un interprete capacidad para cantar con gran dulzura, pero también con gran potencia, según el drama lo requiera. Es en este aspecto donde los titulares Marcelo Álvarez y Fabio Armiliato, bellisimas voces y grandes cantantes, tuvieron graves problemas. El intento, fallido, de Álvarez por dar a su voz el tamaño requerido por el personaje le llevó a tener que cancelar varias representaciones. Armiliato, con problemas vocales desde casi el principio no corrió mejor suerte. Es entonces donde pudimos disfrutar de Jorge de León, que se convirtió en la autentica revelación de esta producción. Tenor joven, con una poderosa voz, y muy prometedor, y que hizo las delicias del público. Un auténtico Andrea Chenier. En el papel de Madalena de Coigny por un lado Fiorenza Cedolins, que debutaba en el papel, con un estilo de canto perfecto, voz muy bella pero algo ligera para el papel. En el otro lado Daniela Dessi, que conoce el papel perfectamente, y se notó. Magnifica. En cuanto al tercero en discordia, Carlo Gerard, fue interpretado por Marco Vratogna, flojo, y Marco Di Felice, cumplidor. La orquesta fue conducida por Víctor Pablo Pérez, cuya dirección fue muy discutida. Destacar de entre los secundarios a Larissa Diadkova, una emotiva vecchia Madelon, Stefania Toczyska, Condesa de Coigny, y especialmente a Carlo Bosi en el papel del Incroyable.
Como ejemplos sonoros y visuales:
Acto I
Improvviso, carta de presentación de Chenier, cantado por los diferentes tenores:
Revolución Francesa. Con una magnifica puesta en escena a cargo de Giancarlo del Monaco y Carlo Centolavigna, contaba con dos de los mejores tenores del momento para el papel titular. Un papel muy exigente, ya que requiere de un interprete capacidad para cantar con gran dulzura, pero también con gran potencia, según el drama lo requiera. Es en este aspecto donde los titulares Marcelo Álvarez y Fabio Armiliato, bellisimas voces y grandes cantantes, tuvieron graves problemas. El intento, fallido, de Álvarez por dar a su voz el tamaño requerido por el personaje le llevó a tener que cancelar varias representaciones. Armiliato, con problemas vocales desde casi el principio no corrió mejor suerte. Es entonces donde pudimos disfrutar de Jorge de León, que se convirtió en la autentica revelación de esta producción. Tenor joven, con una poderosa voz, y muy prometedor, y que hizo las delicias del público. Un auténtico Andrea Chenier. En el papel de Madalena de Coigny por un lado Fiorenza Cedolins, que debutaba en el papel, con un estilo de canto perfecto, voz muy bella pero algo ligera para el papel. En el otro lado Daniela Dessi, que conoce el papel perfectamente, y se notó. Magnifica. En cuanto al tercero en discordia, Carlo Gerard, fue interpretado por Marco Vratogna, flojo, y Marco Di Felice, cumplidor. La orquesta fue conducida por Víctor Pablo Pérez, cuya dirección fue muy discutida. Destacar de entre los secundarios a Larissa Diadkova, una emotiva vecchia Madelon, Stefania Toczyska, Condesa de Coigny, y especialmente a Carlo Bosi en el papel del Incroyable.
Como ejemplos sonoros y visuales:
Acto I
Improvviso, carta de presentación de Chenier, cantado por los diferentes tenores:
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