miércoles, 30 de junio de 2010

Crónicas de funciones: La ciudad muerta, Korngold, Teatro Real, domingo 27 de junio.

Pocas funciones en la vida de un aficionado a la ópera redondean lo logrado el pasado domingo en el Teatro Real de Madrid con la función de La ciudad muerta de Korngold. El último gran acierto de la temporada con la que se despide Antonio Moral al frente de la gestión del coliseo madrileño.
La primera sorpresa fue el impecable e inusitado desempeño de la orquesta, crecida como nunca bajo las órdenes del maestro Steinberg. Un sonido luminoso, brillante, limpio, texturas diferenciadas, metales y percusiones contenidas pero eficaces... todo al servicio del destello melódico y los juegos expuestos por la partitura de Korngold.
Vocalmente de nuevo a un gran nivel todos los implicados. Vogt posee una voz compleja, clara, levemente opaca, sin especial squillo, pero bien proyectada, sujeta a un legato eficaz. Y sobre todo: muy melancólica. Un timbre francamente apropiado para el rol de Paul, que Vogt se esforzó por encarnar con fidelidad, a pesar de las constantes exigencias en el agudo, donde tuvo algunas dificultades. Nada, no obstante, que pudiera empañar su literal encarnación de Paul.
Lo mismo puede decirse de Manuela Uhl, un grato descubrimiento. Tímbricamente quizá no muy singular, Uhl es dueña de un canto genuinamente alemán, metálico pero lírico, con una voz robusta pero que se pliega a las exigencias de su dueña. Ofreció una Marie/Marietta de auténtico lujo, ensoñadora, capaz de enamorar al más empecinado Paul. Uhl, me atrevo a decir, está en condiciones de ofrecer una Salomé de campanillas.
Levemente más irregular el canto del barítono Lucas Meachem: algo más monolítico como Fritz, pero extraordinario como Pierrot, bordando el consabido lied.
Pero los mayores elogios quedan para la dirección escénica de Willy Decker: sencillamente magistral. Es imposible extraer más significado, más poesía, más ensueño a una obra como la de Korngold. Es muy dificil sorprender al espectador a cada momento con nuevos guiños, como sucede con esta puesta en escena. Histórica: es el adjetivo que define con más fortuna la labor de Decker.
Todo ello redondeó una función de ópera con mayúsculas, un completo placer para los oídos, los ojos, el alma... No se puede pedir más.
fdo. Spinoza

martes, 22 de junio de 2010

Crónicas de funciones: Carmen, Festival del Mediterráneo de Valencia.

Crónica correspondiente a la función del día 18 de junio.

Magnífica representación de Carmen la que pudimos disfrutar en el Palacio de las Artes de Valencia. Sobre todo, gran espectáculo vocal y musical, no tanto escénico.
Garança no defraudó y ofreció una Carmen histórica. Lo hizo todo: seductora, indomable, celosa, provocativa, enamoradiza, hedonista, erótica... qué cantidad de matices y qué festival vocal. Se percibió además una mejora respecto a anteriores lecturas del papel de Carmen, como la reciente del Met: más soltura con los pasajes rápidos, mejor resuelta la escena de las cartas, etc. También fue loable su compromiso escénico, su búsqueda de una encarnación total del papel. Insisto, en términos globales: una Carmen histórica.
Marcelo Álvarez tardó en calentar, ofreciendo un flojo primer acto y una desigual lectura del aria de la flor. Sin embargo, nos cautivó con su lectura de la última escena del tercer acto, sobre todo esas últimas frases apianando la emisión, en perfecta conexión con un inspirado Mehta. Sobraron algunos excesos veristas, el agudo sonó muy abierto, pero la última escena estuvo cerca de compensar todo lo anterior.
Bastante flojo el Escamillo de Vinogradov: demasiado robusto, plano... por no decir, directamente bruto. La voz no tiene especial interés: nula resolución del agudo, emisión tragada y gutural. Prescindible.
La propuesta escénica de Saura y compañía dio que hablar. Ya se había visto en Valencia hace un par de años y ya entonces recibió fuertes críticas. El principal problema es su pretenciosidad. Aspira a una originalidad que no posee, ya que no descubre, elabora o potencia ningún elemento del título que tiene entre manos. Ni siquiera llegar a resultar "decorativa". No es una escenografía en sentido estricto sino un pretencioso juego de luces, paneles y sombras que no dice nada. Se suma a eso una dirección escénica bastante precaria, torpe con los coros y ausente con los solistas, que casi se diría que inventaron su parte en este sentido. De nuevo, prescindible.
Punto aparte merece la prestación de la Orquesta de la Comunidad Valencia: digna de parangonarse con una Filarmónica de Viena, una Filarmónica de Berlín o con la orquesta del Met. Sensacional se mire como se mire. También fantástica la labor de Mehta, si bien algo tendente al efectismo y a excederse en decibelios con la percusión y el viento metal. Pero hubo detalles en su dirección de auténtico maestro.
En resumen, pues: disfrutable función con una Garança incomparable y con una orquesta y un director de primer nivel.

fdo. Spinoza

Crónicas de funciones: La Boheme, Auditorio de Zaragoza. Primer reparto.

Lo que podría haber sido un loable esfuerzo del Auditorio de Zaragoza por subsanar el vacío lírico habido en la programación musical de nuestra ciudad no quedó a la postre sino en un frustrante "quiero y no puedo", donde se alternaron por igual los hallazgos respetables (una reiventada Arteta) y las carencias inexcusables (la ausencia de subtítulos para el público poco o nada iniciado). La sensación general de "tinglao" es innegable.

Vayamos por partes.

El Auditorio tiene dos grandes problemas para escenificar ópera. Uno obvio: la ausencia de caja escénica y foso. Otro subsidiario pero no menor: la acústica, estupenda para grandes orquestas, pero no propicia para la voz, que se dispersa. El primer escollo se intentó suplir ayer con todo un "tinglao", como decía. Se "fingió" una caja escénica, pero con muchos problemás: 1. sin telón, salvo uno que descubría una segunda escena en el espacio de las localidades de coro y que chirriaba cada vez que se movía; 2. con la orquesta a la misma altura que la escena, esto es, sin foso ni nada que paliara la tendencia natural de la orquesta, en los tutti, a tapar las voces; 3. se veía perfectamente el ir y venir de gente "en bambalinas", algo no muy profesional. El segundo problema, el de la acústica, no se pudo suplir de modo alguno. Fue evidente que las voces de mayor tamaño y mejor técnica, como la de Arteta, se dejaron escuchar sin excesivo problema, mientras que las voces de varios secundarios y comprimarios no "corrían" como es debido.

Vocalmente: destacó sobre todos los demás Arteta, como era de esperar, con un timbre de auténtica soprano lírica, con leves tiranteces en el agudo, con un fraseo poco variado, entre ñoño y soso, y con una lectura más bien poco ambiciosa del rol de Mimi, pero correcta. Estrictamente Arteta es, por material, por técnica y por temperamento, voz para una Musetta de altura. De ahí que como Mimí no pase de ser correcta y "mona". Sea como fuere, loable su actuación. Sólo un detalle: para quienes tenemos en la retina, mejor dicho en el oído, cierto archivo sonoro, fue casi escandalosa la tendencia acentuar multitud de frases exactamente como hacía Mirella Freni, la gran Mimí del siglo pasado. Algo más de originalidad por parte de Arteta no hubiera estado de más.

Del resto de voces: Gastón Rivero con notables intenciones de fraseo pero con un pasaje al agudo torpemente resuelto, algún problema de afinación... mejorable, en suma; Montserrat Martí no tuvo su día y el agudo sonó gritado, rebuscado, etc; Toni Marsol confundió vocear con cantar, con una técnica precaria y un timbre poco atractivo.

La escenografía fue muy pobre, poco imaginativa, tópica hasta decir basta. Correcta la iluminación y nula la dirección escénica. Pero seamos sinceros: tampoco podía esperarse otra cosa en ausencia de una caja escénica con todas las de la ley.

El coro no pasó de lo correcto, más bien tirando a mejorable.

Lo mejor, gran sorpresa, el notable esfuerzo de la Orquesta del Conservatorio Superior de Zaragoza. Nada que objetar a su contribución a esta Boheme, salvo algún mínimo desliz en los metales. Sólo cabe desear que sigan así, trabajando en ese sentido y con ese ánimo, perfeccionando.

Conclusión y valoración: ante la ausencia de un espacio privilegiado para la ópera en Zaragoza, el camino no es exactamente el que propusieron estas funciones de Boheme. Vocalmente podríamos hacer la vista gorda y quedarnos con el acierto parcial de Arteta. Pero el "quiero y no puedo" que supuso esa fingida caja escénica y el cúmulo de limitaciones que implicó resulta elocuente: semejante "tinglao", sin telón, sin foso, sin subtítulos, fue a la vez frustrante y risible. Más allá de la esperable precariedad de la propuesta escénica, la calidad global del espectáculo hubiera sido insostenible sin el buen hacer de Arteta y los aciertos de la Orquesta.

A cambio, se constata que hay público... y mucho, que responde favorablemente a títulos del gran repertorio, incluso si la propuesta escénica y vocal es mejorable, como sucedió con estas funciones de Boheme. En este sentido, si la voluntad de lo gestores culturales de nuestra ciudad se orienta finalmente a favor de la lírica, el camino es otro: programar un ciclo de grandes voces en el Teatro Principal, sea con piano sea con orquesta; programar una ópera mozartiana o barroca en ese mismo escenario; un recital de coros de ópera; un ciclo de lied; una zarzuela. Pero todo ello en un escenario que goce de caja escénica, de un mínimo foso y de una acústica favorable a las voces, sin que haya necesidad de armar un "tinglao" como el que llenaba el escenario del Auditorio estos días.

En suma, sigue en pie la sensación de que el Auditorio de Zaragoza no apuesta por la lírica sino por cubrir el expediente y apuntarse un tanto al año, con la osadía, además, de erigirse en mecenas de los músicos y cantantes aragoneses, a cuya costa hizo caja el Auditorio con estas funciones de Boheme, no nos engañemos.

fdo. Spinoza

lunes, 21 de junio de 2010

Crónicas de funciones: La Boheme, Auditorio de Zaragoza. Segundo reparto.

Acudió bastante público, aunque todavía quedaron algunas localidades libres. Quienes no se perdieron la función fueron las toses del Auditorio, ese fenómeno tan conocido en Zaragoza e inexplicado como las obras del Teatro Fleta o las sicofonías de la Casa del Duende. ¡Madre mía, qué exageración! ¿No se iban a poner desfibriladores en estadios de fútbol y otros sitios públicos? Pues en el Auditorio tendrían que estetoscopios en la entrada y el que no demuestre tener unos pulmones limpios que no pase. (Tampoco descarto que más de uno se haya sugestionado con el gélido invierno parisino que había en la escena, unido al cierzo y las temperaturas que estamos teniendo en Zaragoza en pleno junio, que más parecen de marzo)
La orquesta del Conservatorio Superior de Música de Aragón, nutrida y jovencísima (en una entrevista radiofónica, Ainhoa Arteta dijo que creía que ninguno pasaba de los 21 ó 22 años), sonó estupendamente. El problema es que, al ser el Auditorio una sala de conciertos y no un teatro de ópera, carece de foso, y a veces la orquesta sonaba hasta demasiado y se comía la voz de los cantantes, si bien la de unos más que la de otros.
Juan Luis Martínez, el director, sobreactuó un poco para mi gusto: demasiados saltitos y estiramientos, hasta el punto de que en un momento dado, hacia el final del primer acto, se le cayó la batuta. Por suerte, él la encontró tan rápido como Rodolfo la llave. Y los chavales siguieron tocando imperturbables.
En cuanto a las voces, no tengo muchos conocimientos para juzgar. Sólo puedo decir que, a mi modesto entender, el más justito de fuerzas parecía el tenor, Eduardo Sandoval, al cual en los graves prácticamente no se le oía (a pesar de estar sentado bastante cerca del escenario) y en los primeros agudos que atacó parecía que no llegaba. Fue aplaudido tras “Che gelida manina”, pero no tanto como lo que se suele cosechar tras esta aria tan famosa. Igual es que empezó frío porque, a medida que la obra se iba desarrollando, me fue gustando un poco más, y al final, su voz hasta temblaba de dolor ante la agonía de su amada. Eso sí, de los dos desgarradores “¡Mimí!” con que termina la obra, el primero no se oyó absolutamente nada. Imposible imponerse a la orquesta que en ese momento atronaba la sala.
A María de Félix, la intérprete de Mimí, le pasó algo parecido pero en menor medida. Tampoco se le oía mucho en las notas más bajas, aunque ya digo que no era tan evidente como en el caso del tenor. Su timbre de voz, por otra parte, no me gustó mucho. No sé cómo expresarlo. Es como si fuera una voz de persona mayor en una garganta joven.
Mejor lo hizo Eugenia Enguita (Musetta), y por eso al final se llevó más aplausos, quien ya desde su primera carcajada fuera de escena mostró hallarse cómoda en el papel. También me convenció bastante cómo representaba el personaje, veleidoso en el segundo acto, enfadado en el tercero y responsable en el cuarto.
No obstante, quien más me gustó fue Fernando Piqueras (Marcelo), que nunca tuvo problemas para hacerse oír y al que, además, con una buena dicción, se le entendía todo sin problemas. Los otros dos bohemios, Xavier Mendoza y Abelardo Cárdenas (Schaunard y Colline respectivamente), bien; sobre todo el primero, actuó muy bien durante la cena del segundo acto y en la escena de la muerte de Mimí. Y ambos crearon, junto con los protagonistas masculinos, un divertido cuadro al principio del último acto.
La escenografía, aun siendo sencilla, me gustó bastante. Yo soy de los que prefieren ver sobre el escenario lo que el compositor ha indicado en el libreto, y no que me pongan cualquier cosa abstracta, o incluso no pongan nada, y me digan que lo demás tengo que imaginarlo yo. Para el primer y el último acto colocaron un pedazo de ventanal típico de buhardilla flotando y, en el escenario, una cama, una mesa, sillas, un caballete y una estufa vieja. Lo poco que tenían los bohemios, vaya. En los actos centrales se sirvieron de una estructura de dos niveles que producía un efecto de perspectiva y que, especialmente en el segundo acto, permitió acoger a la gran cantidad de gente que pulula por allí.
El vestuario, de época, también fue el adecuado: los chalecos, gabanes y sobreros que llevaba la gente humilde a mediados del siglo XIX.
Una única objeción: no pusieron subtítulos. Para los que hemos leído el libreto y visto y oído esta ópera varias veces, no es ningún problema. Pero para parte del público, como mi mujer, significa que, aunque se enteran de la historia en general, se pierden muchos detalles y hermosas frases que enriquecen la ópera. Si no llega a ser porque, una hora antes de salir hacia el Auditorio, estuvimos leyendo el extraordinario trabajo que en su día realizó Simón Boccanegra para la ópera del mes, ella no hubiera sabido lo que pasaba más de la mitad de las veces.
En definitiva, yo salí contento, porque la obra es preciosa y se representó bastante bien. Ojalá el Auditorio, el Ayuntamiento, la DGA, o quien sea y corresponda, se apliquen alguna vez a programar temporadas de ópera completas en Zaragoza para que veladas como la de ayer no tengan carácter de excepcionalidad.

fdo. un socio

domingo, 20 de junio de 2010

Crónicas de funciones: La ciudad muerta, Teatro Real.

Die tote stadt. La ciudad muerta
18 de junio. Teatro Real de Madrid
Paul.-Burkhard
Marietta/Marie.- Solveig Kringelborn
Frank/Fritz.- Lucas Meachem
Brigitta.- Nadine Weissmann
Orquesta Titular del Teatro Real
dirigida por Pinchas Steinberg
director de escena Willy Decker

Si alguien triunfó plenamente anoche en el Real fue el compositor, Erich W. Korngold. Una música intensa, impactante, que llenaba el Teatro con una magia turbadora y a la vez ensoñadora. Una música romántica, potente, profunda, cautivadora que fue bien conducida con buen pulso por Steinberg e interpretada por la Orquesta que tuvo una feliz noche.
Un montaje que me gustó y que me evocaba a Marietta pero me recordaba a Rebeca (Hitchcok, 1940). Si Paul buscaba con ahinco a Marie, era Marietta quien se le representaba, lo mismo que la huida de Max de Winter tenía su parangón en la fiel servidora de Rebeca, la Señora Danvers. Y la presencia onmipresente de Marie era sustituida en ese ambiente de Brujas, por Rebeca en Mardeling.
Un segundo reparto convincente a pesar de que la orquesta tapó a la Kringelborn en su entrada; a sus molestos vibratos en las notas agudas o al fallido final del segundo acto por ambos protagonistas. Kringelborn actuó bien escénicamente con un más que correcto tenor B. Fritz y acompañados por unos eficientes Lucas Meachem y Nadine Weismann.
Pero la música -díficil música para cantar-, insito, fue lo mejor de la noche. Y escuchando atentamente la partitura, ya se intuían las notas que más tarde culminarían en Capitan Blood y El Halcón del mar. En el Intermedio del segundo al tercer acto y los treinta muntos finales de la ópera ya se escuchaba a Flynn y a De Havilland en los mares del Caribe.

johnny guitar

miércoles, 16 de junio de 2010

Avance temporada Teatro Maestranza 2010/2011

Conocemos ya también el anticipo previsto para la temporada 2010/2011 en el sevillano Teatro de la Maestranza. Como en el resto de coliseos se dejan notar los recortes impuestos por la coyuntura. Se cae así la puesta en escena de la Fura prevista para El Oro del Rhin. Y se anuncia un Don Carlo en el que falta por concretar quién cantará el rol de Felipe II. Se podrá ver también El Cazador Furtivo, como en el Liceo barcelonés. También se ha previsto un Orfeo y Euridice en versión concierto. Cierran la programación unas funciones de La Boheme y otras tantas de Doña Francisquita. Dos grandes nombres de la lírica contemporánea se anuncian para el ciclo de recitales: Jonas Kaufmann y Mariella Devia.

EL ORO DEL RIN (Das Rheingold)
de Richard Wagner (1813-1883)
4, 6, 8 y 10 de noviembre, 2010
Dirección musical Pedro Halffter
Dirección de escena Nicolas Joel
Escenografía Ezio Frigerio
Vestuario Franca Squarciapino
Iluminación Vinicio Cheli
Principales intérpretes Robert Brubaker, Jukka Rasilainen, Hanna Schwarz,
Elena Zhidkova, Wolfgang Schmidt, José Ferrero,
Gordon Hawkins, Attila Jun, Keri Alkema, Hans-
Joachim Ketelsen, Alexandra Rivas
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
Producción Théâtre du Capitole de Toulouse

LA BOHÈME
de Giacomo Puccini (1858-1924)
9, 10*, 11, 13*, 14, 16* y 17 de diciembre, 2010
Doble reparto
Dirección musical Pedro Halffter
Dirección de escena John Copley
Vestuario y Escenografía Julia Trevelyan
Iluminación William Bundy
Principales intérpretes Ainhoa Arteta, Carmela Remigio*, Massimo Giordano,
Fernando Portari*, Beatriz Díaz, Tatiana Lisnic*, Juan
Jesús Rodríguez, Claudio Sgura*, Marco Vinco, Manel
Esteve, Matteo Peirone
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza
Escolanía de Los Palacios
Producción del Royal Opera House Covent Garden


EL CAZADOR FURTIVO (Der Freischütz)
de Carl Maria von Weber (1786-1826)
25, 28 y 31 de marzo, 2011
Dirección musical Andreas Spering
Dirección de escena Achim Thorwald
Escenografía Christian Floeren
Vestuario Ute Frühling-Stief
Iluminación Gerd Meier
Principales intérpretes Michael König, Ofelia Sala, Gordon Hawkins, Manuela Uhl
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza
Producción del Badisches Staatstheater Karlsruhe

ORFEO Y EURÍDICE
de Christoph Willibald von Gluck (1714-1787)
22 de mayo, 2011
(Versión concierto)
Dirección musical Enrico Onofri
Principales intérpretes Carlos Mena, Roberta Invernizzi, María Cristina Kiehr
Orquesta Barroca de Sevilla
Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza

DON CARLO
de Giuseppe Verdi (1813-1901)
24, 27 y 30 de junio y 3 de julio, 2011
Horario de función a las 19’30 hs.
Dirección musical Pedro Halffter
Dirección de escena Giancarlo del Monaco
Escenografía Carlo Centolavigna
Vestuario Jesús Ruiz
Iluminación Wolfgang Zoubek
Principales intérpretes Fiorenza Cedolins, Dolora Zajick, Ángel Ódena, Walter
Fraccaro
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza
Nueva coproducción de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (A.B.A.O.),
Ópera de Oviedo, Festival de Ópera de Tenerife y Teatro de la Maestranza

DOÑA FRANCISQUITA
de Amadeo Vives (1871-1932)
Del 15 al 19 de febrero, 2011
Dirección musical Miguel Ortega
Dirección de escena Luis Olmos
Principales intérpretes María José Moreno, Sonia de Munck, Ismael Jordi,
Carlos Cosías, Milagros Martín, Julio Morales
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza
Producción del Teatro de La Zarzuela

RE C I T A L E S L Í R I C O S

JONAS KAUFMANN
Tenor
22 de octubre, 2010
Piano, Helmut Deutsch
Obras de Richard Strauss y Schubert

MARIELLA DEVIA
Soprano
12 de marzo, 2011
Obras de Massenet, Chopin, Gounod, Donizetti y Bellini

sábado, 12 de junio de 2010

Nueva temporada de la ABAO, 2010-2011

Hace escasos días se presentó la nueva temporada de la ABAO. Se incluyen títulos esperados, como el Don Carlo verdiano, sorpresas imprevistas, como esa Lucia con Damrau, o novedades absolutas como esa Susannah de Floyd.

Aquí está la programación completa prevista:

DON CARLO- Verdi.

18-21-24-27 de Septiembre de 2010

Don Carlo: Roberto Aronica
Elisabetta de Valois: Fiorenza Cedolins
Filippo II: Roberto Scandiuzzi
Rodrigo Marques de Posa: Vladimir Stoyanov
Eboli: Marianne Cornetti
El Gran Inquisidor: Luiz Ottavio Faria
Voz del cielo: Lynette Tapia
Tebaldo: Itziar de Unda
Un Frate: David Soar

Orquesta: BOS, Coro Opera de Bilbao.
Director musical: Riccardo Frizza
Director de escena: Gian Carlo del Monaco
Producción: ABAO, Fundación Opera Oviedo, Maestranza de Sevilla y Festival Opera de Tenerife.

SUSANNAH- Carlisle Floyd

16, 19, 22 y 25 de Octubre

Susannah Polk: Latonia Moore
Sam Polk: Stuart Skelton
Olin Blitch: James Morris
Little Bat McLean: Cosmin Ifrim
Elder McLean: Miguel Sola
Elder Hayes: José Ruiz
Elder Ott: Richard Wiegold
Mrs. McLean: Silvia Beltrami
Mrs. Gleaton: Jessica Julin
Mrs. Hayes: Julia Faulkner
Mrs. Ott: Mette Ejsing

Orquesta: EOS
Director musical: John Mauceri
Director de escena: Robert Falls
Producción: Lyric Opera of Chicago y Houston Grand Opera

IL CORSARIO- Verdi

13, 16, 19 y 22 de noviembre de 2010


Corrado: Fabio Armiliato
Gulnara: Maria Guleghina
Medora: Kristin Lewis
Seid: Luca Salsi
Giovanni: Miguel Angel Zapater

Orquesta: Teatro Regio di Parma. Coro Opera Bilbao
Director musical: Renato Palumbo
Director de escena: Lamberto Puggelli
Producción: Teatro Regio di Parma y Teatro Comunale di Bologna

L'ITALIANA IN ALGERI- Rossini

22, 25, 28 y 31 de Enero de 2011


Isabella: Daniella Barcellona
Mustafà: Michele Pertusi
Lindoro: Antonino Siragusa
Taddeo: Paolo Bordogna
Elvira: Carmen Romeu
Haly: Carlos Daza
Zulma: Marife Nogales

Orquesta: EOS
Director musical: Michele Mariotti
Director de escena: Emilio Sagi
Producción: ABAO, Opera de Santiago de Chile y Opera de Oviedo.

Opera Berri: 29 de Enero de 2011

Isabella: Eve Gigliotti
Mustafà: Mirco Palazzi
Lindoro: Michele Angelini
(resto igual)

MACBETH- Verdi

19, 22, 25 y 28 de Febrero de 2011

Macbeth: Carlos Álvarez
Lady Macbeth: Violeta Urmana
Banco: Giacomo Prestia
Macduff: Stefano Secco
Malcolm: Andres Veramendi

Orquesta: BOS; Coro de Ópera de Bilbao
Director musical: Donato Renzetti
Director de escena: Francisco Negrin
Producción: Opera National du Rhin y Opera de Monte-Carlo

EUGENE ONEGIN- Chaikovski

9, 12, 15, 18 de Abril de 2011

Eugene Onegin- Scott Hendricks
Tatyana: Ainhoa Arteta
Lensky: Ismael Jordi
Olga: Irina Zhytynska
Madame Larina: Annie Vavrille
Filippyevne: Nadine Weissmann
Triquet: Mikeldi Atxalandabaso
Gremin: Stanislav Shvets
Zaretsky: Fernando Latorre

Orquesta Sinfónica de Szeged. Coro de Opera de Bilbao
Director musical: Miguel Angel Gómez Martínez
Director de escena: Michal Znaniecki
Producción: ABAO, Teatr Wielki Poznan, Opera Krakowska, Teatro Mar del Plata (Argentina)

LUCIA DE LAMMERMOOR- Donizetti

14, 16, 18 y 20 de mayo de 2011

Lucia: Diana Damrau
Edgardo: Michael Fabiano
Enrico Ashton: Ludovic Tezier
Lord Arturo Buklav: Francisco Corujo
Normanno: Manuel de Diego
Raimondo Bidebent: Simon Orfila
Alisa: Giovanna Lanza

Orquesta Sinfónica de Navarra. Coro de Opera de Bilbao
Director musical: Carlo Montanaro
Director de escena: Emilio Sagi
Producción: Fundación Opera de Oviedo.

Opera Berri: 21 de Mayo de 2011

Lucia: Silvia Vazquez
Edgardo: Carlos Cosias
Enrico Ashton: Javier Franco
(resto igual)

CONCIERTO DE ABAO-OLBE

10 de Diciembre de 2010

Juan Diego Florez (tenor)
Vincenzo Scalera (piano)

domingo, 6 de junio de 2010

Conferencia: "Los archivos de música y la recuperación del patrimonio musical histórico"

En colaboración con la Fundación "Casa de Ganaderos" y en el marco de los actos académicos programados para conmemorar el Día Internacional de los Archivos, la Asociación Aragonesa de la Ópera "Miguel Fleta" ha organizado la conferencia "Los archivos de música y la recuperación del patrimonio musical histórico", a cargo de D. Luis Antonio González Marín, director de la formación Los Músicos de su Ateza y musicólogo del CSIC. La conferencia tendrá lugar el 9 de junio de 2010 a las 19:30 horas, en el Salón de Actos de la Fundación Casa de Gandaderos, en la calle San Andrés, n. 8, en Zaragoza.


Esperamos contar con vuestra asistencia.

Recibid un cordial saludo,

Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta

sábado, 5 de junio de 2010

Novedades discográficas: El rey que rabió, en DVD

Con motivo del año Chapí, del que se cumplió el pasado año el centenario de su muerte, el Palau de les Arts en colaboración con la televisión valenciana grabó la zarzuela El rey que rabió (1891), en grabación en directo, el 15 de enero de 2009 y editada este mismo año. Zarzuela cómica en tres actos, con libreto de Ramos Carrión y Vital Aza, la dirección musical ha sido de José Miguel Pérez Sierra quien dirigió a la orquesta de la Comunitat Valenciana y a su Coro. La dirección escéncia, del gran conocedor, de la zarzuela Emilio Sagi. Los principales papeles son interpretados por Pablo Martín Reyes -El rey- Elena de la Merced -Rosa- MªJosé Suarez -María- Manuel Esteve -El general- y Vicenç Esteve - Jeremías-, entre los principales personajes del reparto.

El mismo año de 2009, el Teatro de la Zarzuela de Madrid, programó dicha zarzuela que en este comentario puede servir de comparación, aunque la versión madrileña no se editó en dvd. Ésta fue dirigida por el mismo Sierra y Miguel Ortega siendo la dirección escénica del propio director del Teatro, Luis Olmos. A esta representación acudí por lo que puedo hacer determinadas comparaciones, sobre todo en el plano canoro-musical y escenográfico. En Madrid, el reparto fue, siguiendo el orden anterior, Alejandro Roy, Susana Cordón. Amelia Font, Luis Álvarez y Emilio Sánchez.

Ambas producciones se caracterizan por no conceder a una mezzo, el papel principal -El rey- como así lo pensó Ruperto Chapí, sino que fueron interpretados por tenores líricos. El dvd presenta una buena dirección y una estupenda orquesta, frente a la del teatro madrileño aunque, ésta sonó en la función con gran solvencia. Las diferencias más acusadas serían en la dirección escénica. Olmos se decantó por una escenografía más próxima a la opereta con rasgos circenses -muy bien desarrollados-, frente a una versión de Sagi más pastoril, con tonos rojos, con las inevitables sillas -últimamente habituales en sus montajes de zarzuela- y con los cantates tirados por los suelos mientras cantan la música del maestro de Villena. Voces acertadas en ambos repartos destacando los principales protagonistas y el actor Luis Varela, además en Valencia. El dvd está dedicada a la memoria del musicólogo zaragozano Luis G. Iberni, y ha sido editado por el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, con la colaboración de Grup RTVV.

johnny guitar

miércoles, 2 de junio de 2010

Cronicas de funciones: El Caballero de la Rosa

Al volver a escuchar la música que Strauss compuso para El Caballero de la Rosa, no puedo evitar pensar que su tema último (¿tal vez de todas las óperas, de toda la música?) es el tiempo. El tiempo que se le escapa a la Mariscala, el mismo que parece extenderse como una infinita alfombra a los ojos de Octavian y como un sendero lleno de incógnitas para Sophie, y que parece detenerse para los dos cuando al fin se conocen.
Pocos personajes femeninos en la historia de la ópera son tan reales y tan profundos como la Mariscala. No hay en el maravilloso texto de Hoffmansthal grandes gestos o tragedias, o, mejor dicho, tan solo hay una, la mayor de todas: el tiempo que nos devora, que nos convierte en extraños, que no nos deja reconocernos en el espejo. Es ese abismo al que se asoma la Mariscala, y ante el que es capaz de mantener la dignidad, esbozando incluso una sonrisa.
Esa sonrisa se contagió a todo el público que asistió el pasado viernes 28 de mayo a la última representación de la obra de Strauss en el Gran Teatro del Liceo barcelonés, que algunos críticos han calificado como lo más destacado de la temporada.
El nivel fue, en general, muy alto, pero destacaron, entre los papeles protagonistas, la Mariscala de Martina Serafin y el Octavian de Sophie Koch: espléndidas las dos, tanto en lo vocal como en lo escénico, convincentes en todos los registros, una pura delicia escucharlas. Más floja Ofelia Sala como Sophie, que pese a alcanzar con facilidad los agudos, presenta un molesto vibrato en toda la extensión de la voz.
Fantásticos también estuvieron los secundarios: Fran Grundheber estupendo como Faninal, Amanda Mace como la doncella de Sophie y Julia Juon como la intrigante Annina, con una voz espectacular para un rol tan breve.
Abusó Bjarni T. Kristinsson, que encarnaba al barón Ochs, del recurso al histrionismo. Es cierto que el papel se presta a ello, pero eché de menos más canto y no tanta actuación. Y francamente desacertado estuvo Alessandro Liberatore, que encarnaba en esta última representación al Cantante Italiano.
La producción trasladaba la acción de esa Viena de cuento de hadas que ideó Hoffmansthal, a la Viena de la alta burguesía en los años cincuenta, pero el traslado no afectó en absoluto a la trama, y en cuanto a movimientos escénicos e intención dramática se respetó escrupulosamente el original.

martes, 1 de junio de 2010

Crónicas de funciones: L´Incoronazione di Poppea - Teatro Real, 27 de mayo

Algunas impresiones sobre las funciones de L´Incoronazione di Poppea ofrecidas estos días en Teatro Real. De modo telegráfico y bastante personal:

1. el barroco (y sus antecedentes) no es "mi mundo", pero es un mundo fascinante, lleno de posibilidades, atractivo, distinto... un mundo que entiendo que pueda fascinar como fascina a tantos aficionados. Ayer, yo que soy tan de Don Carlos y Boccanegras, aplaudí bien gustoso una estupenda función de Monteverdi... ¿por qué no?

2. Poppea es un operón, una obra abierta como pocas, una partitura de ópera con mayúsculas.

3. Doy por supuesto que habrá voces barrocas vergonzosas y que no se escuchen mas que en teatros mínimos y en salas reducidas. Pero ojo, que el mantra que muchos repiten de que las voces barrocas son vocecillas es sencillamente falso. Falso porque es obvio que serían vocecillas si tuvieran que pelear con una orquestación straussiana o si debieran hacerse escuchar en salas gigantescas como el Met. Pero en teatros medios o ya grandes, como es el caso del Real, y con una orquestación acorde, como hizo Christie, son voces plenas, bien proyectadas, en fin, que no son vocecillas indignas. Cuando menos, son dignas de ese repertorio. Habrá casos y casos, pero los cantantes ayer escuchados en el Real no tienen "vocecillas". De ahí que se me caiga otro mantra repetido hasta la saciedad: esa idea de que el barroco no funciona en teatros grandes. A lo mejor funciona mejor en teatros pequeños, pero no está llamado a funcionar "únicamente" en esos recintos.

4. Los contratenores no son una vocalidad que me atraiga especialmente. De hecho, me produce cierto rechazo "irracional", "natural" o llámese "x". Pero debo reconocer que Jaroussky es un monstruo si hablamos de esa vocalidad. Un maestro "en lo suyo"... que no es poco.

5. El resto del reparto fue de lo magnífico (De Niese, Bonitatibus) a lo rutinario (ese Séneca, ese Cencic...). Nada que no pase en cualquier otro repertorio.

6. Christie y Les Arts Florissants: BRAVI. Una maravilla, sin más.

7. Puesta en escena infame, que no facilitaba nada que la Poppea creciera como obra. Vestuario al que no encontré el más mínimo atractivo e iluminación muy floja. Ausente la dirección de escena, ante lo cual se defendieron con bastantes tablas los propios cantantes.

8. La función se cerró con un colosal "Pur ti miro...". De reclinatorio.

fdo. Spinoza


Datos de la función:

quipo artístico:
Dirección musical:
William Christie
Dirección de escena, escenografía y figurines:
Pier Luigi Pizzi
Iluminación:
Sergio Rossi
Reparto:
Poppea:
Danielle de Niese
Nerone:
Philippe Jaroussky
Ottavia:
Anna Bonitatibus
Ottone:
Max Emanuel Cencic
Seneca:
Antonio Abete
Drusilla:
Ana Quintans
Fortuna:
Claire Debono
Palas:
Claire Debono
Venus:
Claire Debono
Virtud:
Katherine Watson
Damisela:
Katherine Watson
Amor:
Hanna Bayodi
Paje:
Suzana Ograjensek
Nodriza:
José Lemos
Familiar de Seneca:
José Lemos
Arnalta:
Robert Burt
Lucano:
Mathias Vidal
Liberto:
Andreas Wolf
Tribuno:
Andreas Wolf
Mercurio:
Damian Whiteley
Lictor:
Damian Whiteley
Tribuno:
Damian Whiteley
Familiar de Séneca:
Damian Whiteley
Soldado:
Juan Sancho
Cónsul:
Juan Sancho
Familiar de Séneca:
Juan Sancho
Soldado:
David Webb
Cónsul:
David Webb
Niño:
Darío Barón