martes, 22 de junio de 2010

Crónicas de funciones: Carmen, Festival del Mediterráneo de Valencia.

Crónica correspondiente a la función del día 18 de junio.

Magnífica representación de Carmen la que pudimos disfrutar en el Palacio de las Artes de Valencia. Sobre todo, gran espectáculo vocal y musical, no tanto escénico.
Garança no defraudó y ofreció una Carmen histórica. Lo hizo todo: seductora, indomable, celosa, provocativa, enamoradiza, hedonista, erótica... qué cantidad de matices y qué festival vocal. Se percibió además una mejora respecto a anteriores lecturas del papel de Carmen, como la reciente del Met: más soltura con los pasajes rápidos, mejor resuelta la escena de las cartas, etc. También fue loable su compromiso escénico, su búsqueda de una encarnación total del papel. Insisto, en términos globales: una Carmen histórica.
Marcelo Álvarez tardó en calentar, ofreciendo un flojo primer acto y una desigual lectura del aria de la flor. Sin embargo, nos cautivó con su lectura de la última escena del tercer acto, sobre todo esas últimas frases apianando la emisión, en perfecta conexión con un inspirado Mehta. Sobraron algunos excesos veristas, el agudo sonó muy abierto, pero la última escena estuvo cerca de compensar todo lo anterior.
Bastante flojo el Escamillo de Vinogradov: demasiado robusto, plano... por no decir, directamente bruto. La voz no tiene especial interés: nula resolución del agudo, emisión tragada y gutural. Prescindible.
La propuesta escénica de Saura y compañía dio que hablar. Ya se había visto en Valencia hace un par de años y ya entonces recibió fuertes críticas. El principal problema es su pretenciosidad. Aspira a una originalidad que no posee, ya que no descubre, elabora o potencia ningún elemento del título que tiene entre manos. Ni siquiera llegar a resultar "decorativa". No es una escenografía en sentido estricto sino un pretencioso juego de luces, paneles y sombras que no dice nada. Se suma a eso una dirección escénica bastante precaria, torpe con los coros y ausente con los solistas, que casi se diría que inventaron su parte en este sentido. De nuevo, prescindible.
Punto aparte merece la prestación de la Orquesta de la Comunidad Valencia: digna de parangonarse con una Filarmónica de Viena, una Filarmónica de Berlín o con la orquesta del Met. Sensacional se mire como se mire. También fantástica la labor de Mehta, si bien algo tendente al efectismo y a excederse en decibelios con la percusión y el viento metal. Pero hubo detalles en su dirección de auténtico maestro.
En resumen, pues: disfrutable función con una Garança incomparable y con una orquesta y un director de primer nivel.

fdo. Spinoza

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