Breves impresiones sobre la función del pasado sábado 21 de febrero.
Notable nivel general, lo cual es de agradecer en un Verdi notable, aunque no genial, pero sin duda exigente en lo vocal y en lo dramático. Funciono todo bastante bien, como digo.
Nota alta para la orquesta (Orquesta Sinfónica de Szeged, para mí desconocida...) y el director (R. Frizza): nervio, recreación melódica, sonido generoso pero sin tapar a los cantantes, buena concertación. En fin... un Verdi auténtico y una orquesta mucho más que decente, desde luego.
Cedolins: la voz está deshilachada, no tiene una presencia excepcional, pero quien tuvo, retuvo, y hay cantante. Eso significa, que la voz calienta y llega al final para dar lo mejor. Además, el tercer acto es el más dramático de Luisa Miller y el que mejor le va a una voz como la suya, ya no tan dúctil para las agilidades, si bien aseadas, sin dificultades para irse arriba, pero sin esa sensación de comodidad y desahogo que cabria demandar. En fin, una Luisa Miller muy digna, con un tercer acto estupendo. También muy bien resuelta la escena del segundo acto (Tu puniscimi... A brani...). Resumiendo, como sucedió con su Elisabetta sevillana. La voz no está en plenitud, pero
la cantante le saca el máximo partido posible.
Sartori: habiéndole escuchado varias veces, por ejemplo un estupendo Don Carlo en Berlín en 2011, me parece que es un tipo profesionalísimo, con un timbre algo leñoso, pero homogéneo, que se va arriba sin titubeos (ya no tiene esos problemones de pasaje que tuviera hace años...), y sobre todo frasea con enorme gusto. No es
Bergonzi, pero canta Verdi como es debido. Estupendas todas sus intervenciones, vibrante, pleno de voz, gustó mucho en Bilbao.
Rodríguez: primera vez que le podía escuchar y grata sorpresa, pero con matices. Sin duda, hay una voz de barítono que es un gusto escuchar. En la línea de los grandes, no hay que decirlo con la boca pequeña. Pero... le saca poco partido. Como intérprete es limitado. En concreto, no intenta (o no puede) hacer media voz alguna. Todo en un forte matizado que suena, y muy bien, pero falta drama, falta personaje. Miller no es Rigoletto, pero cada intervención del papel es un caramelo. Y no falló ninguna, pero eché de menos algún que otro matiz y recreación. Pero vaya, un cantante seguro y vocalmente un gusto a los oídos. En escena igualmente limitado, un palo, sin ternura alguna hacia Luisa durante el tercer acto, salvo cuando ya era inevitable amarrarla porque se iba al suelo... En fin, mejorable la implicación teatral.
Los bajos, Bou y Zanellato, de aprobado raspadito. Muy mejorables y muy deslucida la escena del Conde, que es una preciosidad de aria y pasó sin pena ni
Decente y digna la condesa de G. Lanza. Nada que objetar, salvo un vibrato un pelín excesivo para mi gusto.
El coro mejor que en anteriores intervenciones, sobre todo en el tercer acto.gloria.
Y la propuesta en escena, a cargo de Denis Krief, me pareció mediocre. Sin demasiadas ideas, con alguna ocurrencia impertinente (esos bailes de la primera escena...), con una escenografía poco operativa, con esos módulos y esos paneles corridos. Bastante decente la iluminación, sin embargo. Y el vestuario anodino.
En resumen, buena función. Disfrutada Luisa Miller, en términos generales, con un estupendo tercer acto y detalles más que dignos en el primero y en el segundo. Lástima de los bajos...
fdo. Alejandro Martínez
* En este enlace podéis también consultar la crónica de nuestro amigo Javier del Olivo para MundoClásico.
* Imágenes: © 2012 by E. Moreno Esquibel
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