Notable recital el que ofreció Matthias Goerne el pasado sábado 12 de febrero en el Auditorio de Zaragoza. Organizado por la Sociedad Filarmónica de Zaragoza, Matthias Goerne, acompañado de la pianista Tamara Stefanovich, ofreció un hermosísimo programa consagrado por entero a Beethoven. Tardó un par de lieder en calentar la voz, pero fue a más y la segunda parte resultó una auténtica delicia, con los seis últimos lieder, del ciclo An die ferne Geliebte (op. 98).
Matthias Goerne es un cantante de una sensibilidad sobresaliente. Es cierto que la voz clarea un tanto arriba, el agudo es irregular, pero el centro y el grave son hermosos y auténticos. Y sin duda lo mejor de todo en Goerne es un fraseo cargado de intención, singularmente apropiado para los lieder más lentos, donde su control de respiración (magnífico) le permite recrearse, paladear el texto y dar lo mejor de sí. En suma, recital disfrutable, a pesar del recital paralelo ofrecido por el público: las consabidas toses, el inoportuno móvil, los caramelos de turno... el repertorio completo de molestas interrupciones, que ciertamente irritaron en un momento al cantante, a tenor de su expresión facial.
Goerne, por cierto, visitará el Met de Nueva York dentro de unas semanas, en abril, para ofrecer el rol titular de Wozzeck, junto a la Marie de Waltraud Meier. Una cita, sin duda, a la que a muchos nos encantaría poder asistir. ¿Llegará el día en que no haga falta soñar con cruzar el charco para escuchar algo así? ¿Veremos algún día un Wozzeck en Zaragoza? Tiempo al tiempo...
fdo. Spinoza
1 comentario :
Totalmente de acuerdo. Un recital beethoveniano alejado de los habituales Schubert y Schumann. Especilamente brilló en las dos últimas series de las dos partes del recital: "Schs Lieder von Gellert" (Seis canciones sobre poemas de Gellert) opus 48 y especialmente en "An die ferne Geliebte" (A la amada lejana) opus 98.
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