sábado, 11 de septiembre de 2010

Crónica de funciones: Iphigenie auf Tauris en el Liceo.

Interesante comienzo de temporada en el Liceu de Barcelona. Se ponía en escena la obra de Gluck Iphigenie auf Tauris, en la versión escénica para ballet que ideara la malograda Pina Bausch al principio de su carrera, allá por los años 70. Realmente fue una noche donde ballet y ópera salieron triunfantes. La versión se centra en la danza y por eso los cantantes están en un segunda plano (en los palcos de proscenio los solistas y en el foso el coro) para que nada interfiera (ni unos necesarios subtítulos) en la percepción del baile y sus ejecutantes. Esta concepción resaltó la belleza de la coreografía de Bausch y su percepción de la tragedia griega. Líneas limpias, sobriedad y elegancia son los elementos con los que juega la coreógrafa para transmitirnos el drama de Ifigenia, Orestes y sus acompañantes. Imponente el plantel de danzarines, pero destacaría los protagonistas masculinos, Pablo Arán y Fernando Suels que demostraron un nivel de primera categoría.

En el lado estrictamente musical cabe destacar la fuerza vocal y la clase de Christopher Maltman, la solvencia y dominio de la partitura de Elisabete Matos y la bella voz de Nikolai Schukoff. Excelente las prestaciones del Coro de Cámara del Palau y solvente la Orquesta Sinfónica de las Tierras de Lleida que para no ser un conjunto con renombre resolvió su trabajo sin problemas al mando de Jan Michael Horstmann.


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