jueves, 20 de mayo de 2010

Artículo de opinión en la "Tribuna" de "El Heraldo de Aragón"

En la página 28 de la edición en papel de "El Heraldo de Aragón" de hoy, 20 de mayo de 2010, se ha publicado el siguiente texto de opinión, firmado por el presidente de nuestra Asociación:


El pasado lunes 10 de mayo se publicaron en las páginas de este mismo diario un par de textos que dan cuenta de la situación de la lírica en nuestra ciudad. Firmado uno de ellos por el actual gerente del Teatro Principal, Rafael Campos, y el otro por el crítico musical Juan Carlos Galtier, ambos textos son buena prueba de una suerte de conformismo que explica el estancamiento que lastra la presencia de la ópera, la zarzuela y el lied en nuestra ciudad. Ambos textos, imaginamos que sin maldad, más bien al contrario, con franqueza, venían a decir que ante la falta de espacios donde sea posible presentar “gran ópera”, al modo que se hace en el Teatro Real de Madrid, en el Liceo de Barcelona y en muchas otras provincias de nuestro país, ante esta ausencia, decían, es importante celebrar la presencia de las propuestas líricas esporádicas que salpican la programación del Teatro Principal y del Auditorio de Zaragoza. Desde la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta entendemos que esa postura es conformista y no contribuye a solventar la situación de la lírica en nuestra ciudad. La falta de espacios idóneos no es motivo para conformarse con la insuficiente calidad de buena parte de estas propuestas, frecuentemente marcadas por la precariedad vocal de sus repartos y por la desigual prestación de sus instrumentistas. Loable excepción en este sentido fueron las recientes Bodas de Fígaro que se programaron en el Auditorio con los miembros de la formación musical Al Ayre Español, bajo la batuta de Eduardo López Banzo y con un reparto a la altura de las exigencias. Pero no nos llamemos a equívoco: se programó una única función y con un reparto que había gestionado la ABAO de Bilbao, donde se representaron, en versión escenificada, cuatro funciones de esas mismas Bodas. Esto es: se trató de unas Bodas que nos llegaron “de rebote”. Y es que casos como este demuestran que la lírica en nuestra ciudad no tiene más presencia que la mínima exigible para cubrir el expediente. Y salvo contadísimas excepciones, la calidad de las propuestas es indigna de un público al que se subestima y que llena esas funciones porque no se le ofrece algo mejor, no porque le guste la mediocridad. Ni la voluntad política ni la decisión de los gestores culturales de nuestra ciudad está decidida a que la lírica goce de un protagonismo digno en nuestra ciudad. En lugar de conformarse y celebrar la escasez y la mediocridad, la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta se cree en la obligación de llamar la atención sobre el inmovilismo que promueven estas actitudes. Es hora ya de trabajar en serio, esto es, con recursos económicos y decisión política para que la lírica ocupe un lugar de protagonismo entre las propuestas culturales de nuestra ciudad. Tenemos espacios, aunque no los mejores. Tenemos un público, variopinto y diverso, y podemos salir a buscar más. Lo que no tenemos es inversión económica en la lírica ni apuestas políticas para promover su inclusión en los planes de los gestores culturales de nuestra comunidad. Por desgracia, se perpetúa en el tiempo un símbolo de esta ruina lírica: el Teatro Fleta, al margen de que no fuera quizá el espacio más propicio para la ópera por sus dimensiones. Pero no hay duda de la vergüenza y el sonrojo que a cualquier aficionado a la lírica provoca el estado del Teatro Fleta. Este caso, sumado a la inepta planificación del Palacio de Congresos de la Expo de Zaragoza, sin caja escénica ni foso, nos dan la medida del tipo de desmanes que puede traer consigo la inoperancia cultural de nuestra clase política, empeñada en perder cada nueva oportunidad que se le presenta para devolver a la lírica el lugar que tuvo en nuestra ciudad décadas atrás. Estamos pues a tiempo de que el desastre no se repita una vez más. De las aulas a los teatros, la lírica espera su turno en nuestra comunidad.

Alejandro Martínez Rodríguez

Presidente de la Asociación Aragonesa de la Ópera Miguel Fleta

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