lunes, 1 de febrero de 2010

Entrevista con Marcelo Álvarez en La Razón


Con ocasión de su presencia en España para las funciones de Andrea Chenier que tendrán lugar a partir del 13 de febrero en el Teatro Real, el diario La Razón publicaba ayer, domingo 31 de enero, una entrevista con Marcelo Álvarez que, sin pelos en la lengua, subraya la situación de la ópera en nuestros días, sus complejas relaciones con algunos divos y su situación vocal.



Marcelo Álvarez: «Plácido debería dejar sitio libre. Ya pagó su hipoteca»

31 Enero 10 - Gema Pajares - Madrid

Dice lo que piensa y ahora regresa al Real con «Andrea Chenier», ópera con la que entona un «hasta luego» a Madrid. «Volveré cuando Mortier se haya ido porque él tiene fecha de caducidad». Serán cinco años.

Es jueves, como casi siempre, y las manecillas del reloj están a punto de marcar las once de la mañana. Marcelo Álvarez llega al Teatro Real medio encogido, con un gorrito negro de lana calado hasta las cejas; calza zapatos blancos de suela de goma. El tenor cordobés (de la Córdoba argentina) es uno de los grandes y él lo sabe. Divertido, excesivo, cercano, fieramente humano, sería imposible amordazarlo. «Me gusta», dice riendo después de escuchar a María decir, mientras subimos en el ascensor, que «hace un frío pelón».

Él juguetea con el móvil, pero se ríe y adopta la expresión para su vocabulario. Acaba de incorporarse a los ensayos de «Andrea Chenier», que el coliseo estrena el 13 de febrero y que llega precedida de un importante éxito en la Ópera de París, antiguo feudo de Mortier, ahora tomado por Nicolas Jöel.

-De nuevo vuelve a casa...

-Así es, regreso a mi hogar. Y estoy feliz e ilusionado.

-La crítica en Francia ha sido unánime con usted. Dice que su Andrea Chenier es antológico.

-Qué puedo decir yo. Nunca antes se había representado en La Bastilla y siempre sobrevolaba la sombra de grandes como Corelli y Del Monaco, pero se olvidan de que antes hubo un Beniamino Gigli que interpretó el personaje, tan pleno de matices y expresiones que cantarlo es un gusto porque se trata de un poeta con una voz llena de inflexiones y es ésta la que ha de amoldarse al personaje

-A usted le han retirado unas cuantas veces desde 2003. ¿Le molesta?

-Me criticaron desde que cambié de repertorio, precisamente con «Luisa Miller» en 2003; me dieron, entonces, un año de vida. Después me dijeron que no podría seguir y que iba a perder la voz. Y es que en cada periodo la voz toma una dirección diferente. Yo sé cómo está la mía porque canto con ella. ¡Basta ya de adivinos! La magia es verme sobre un escenario. Mi forma de cantar natural es lo que sorprendió a Pavarotti y Di Stefano. El verismo no es sólo sinfónico. El tenor antes tenía que romperse literalmente la gola (garganta) y eso ya no es así. Ha sido estupendo ver cómo en «Andrea» el director de orquesta estaba conmigo y es relindo sentir al coro apoyándome.

-¿Y el director de escena, Giancarlo del Monaco? Un encontronazo entre ambos debe de ser como un choque de placas tectónicas...

-Bueno. No ha sido fácil porque los dos tenemos gran temperamento, nos hemos dicho de todo, sí, pero lo importante es que más allá de nuestras diferencias el espectáculo ha resultado bien planteado. Yo le he escuchado y he hecho aquello que me aconsejaba. Después nos hemos abrazado.

Leer la entrevista completa.

Audición de "Un dì all´azzurro spazio..." procedente de las recientes funciones parisinas.

1 comentario :

Anonymous dijo...

alvarez es pátetico, no existe!!!
que este cantante sea figura demuestra la decadencia del mundo actual