El Juramento (Gatzambide), 12 de diciembre de 2012
Teatro de la Zarzuela, Madrid
El Juramento, zarzuela grande en tres actos, música del tudelano Joaquín Gaztambide y libreto de Luis de Olona, fue estrenada en el Teatro de la Zarzuela el 20 de diciembre de 1858 y, el presente año es el segundo título de la temporada 2012-2013 de dicho teatro. Se trata de una reposición de la producción que tuvo lugar ahora hace doce años. Esta zarzuela tuvo ya un gran éxito en su época, llegándose a estrenar, según notas del programa de mano, en la ciudad estadounidense de San Francisco en 1870. Cuenta con la exquisita puesta en escena bajo la dirección escénica de Emilio Sagi, con los figurines del fallecido Jesús del Pozo, la escenografía de Gerardo Trotti y la iluminación de Euardo Bravo. Todos ellos enmarcan una zarzuela elegante, en tonos pastel y sobriedad escénica, ambientando la acción en la Guerra de la Sucesión. La orquesta dirigida, elegantemente, con buen pulso por Miguel Ángel Martínez brilló durante toda la función, especialmente los vientos; el director cuidó en todo momento a los solistas; impecable en los pasajes y atento a los cantantes.
Lo mejor de la velada fue el coro masculino -poco canta el femenino pero sonó muy resolutivo y empastado-. El coro destacó en las intervenciones tanto en el número de la diana, que abre el tercer acto, como especialmente en la escena de la murmuración. Una música de gran lirismo, con influencias bellinianas, pero con aires netamente españoles , con dúos notables y romanzas de gran musicalidad. Gaztambide empleó dos sopranos y dio un gran impulso a la cuerda baritonal: cuatro barítonos y un tenor cómico.
En cuanto a las voces solitas, Sabina Puértolas (María) con buen canto y dicción, demostró sus agilidades canoras, destacando en su cavatina inicial así como en los dúos interpretados junto a El Marqués. Por el contrario, Carmen González (La Baronesa) fue mal cantante y buena actriz; solista bregada en zarzuela, a la que hay que seguir en los sobretítulos para saber lo que canta. Cantó con potencia en las zonas altas pero con ciertas dificultades en el resto de la partitura. De las voces masculinas no defraudó Gabriel Bermúdez – de apuesta figura- aunque tal vez tuviera una emisión algo atrasada y ligeramente entubada. Alcanzó buenos momentos musicales en el “dúo del Piano” con Puértolas. En el otro reparto, en este mismo rol, estaba al cargo el aragonés Isaac Galán. Su criado Damián del Castillo (Peralta) de buen registro, destacó en todos sus momentos musicales. Barítono que promete. No así, Alexandre Guerrero (Sebastián), tenorino de pequeña voz que cumplió especialmente en su último dúo. Aseado Xabier Ribera (El Conde) y el peor momento musical de la noche, la única romanza que intepreta Axier Sánchez (Don Carlos), de gran belleza musical, fue literalmente destrozada: desajustado, sin afinar y pensando que se iba a romper por momentos su "gracias, fortuna mía". En todo caso, un acierto la decisión de rescatar zarzuelas del XIX que la vida musical y teatral maltrató después de sus estrenos.
Fdo. Sergio Castillo
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